Ella quiso darles, entonces, a sus hermanos una alegría, corto las doce flores y pensó regalarle una a cada uno a la hora de la comida. Pero apenas hubo terminado de cortar las flores, los doce hermanos se convirtieron en cuervos y partieron volando hacia el bosque, mientras la casa con el jardín desaparecía. (...)
"Los doce hermanos". Jacob y Wilhelm Grimm